Ojén Marbella.
La curiosa historia de Ojén, Marbella.
La localidad de Ojén se encuentra a 10 kilómetros de Marbella.
Razón por la cual siempre cuenta con la visita de personajes ilustres.
El Rey Alfonso XIII, vino de cacería al Refugio de Juanar, Parador Nacional desde 1965.
Por ejemplo, en el siglo XVIII el cronista británico Francis Carter …
Lo describió como “una ciudad de gente amable y sencilla …
Que no conocen el té y el café, pero que disfrutan de la leche de cabra en sus tazas de barro “.
El turismo es, por tanto, una de sus principales fuentes de ingresos.
Aunque conviven con el trabajo agrícola tradicional.
Se distingue por ser una pintoresca y pequeña ciudad blanca con calles estrechas y empinadas.
Y casas ricamente decoradas con flores.
Ojén, cuevas, flamenco y aguardiente.
En Ojén podrá visitar dos cuevas.
En la antigüedad se utilizaron como refugio para animales y almacenaje de forrajes y alimentos.
Remarcable es su festival anual de flamenco, “El Castillo del Cante”.
Por el que desfilan las grandes figuras del momento.
Por último, el aguardiente más famoso del mundo.
Pedro Morales guardó su receta con tanto celo que, a su muerte, se perdió.
Su hijo ya no pudo obtener el mismo sabor.
Qué visitar en Ojén, Marbella.
Ojén está cerca de la playa.
Y tiene a su alrededor parajes de belleza natural con un ambiente más relajado que las ciudades costeras.
En un solo día es posible recorrerlo y revivir el ambiente típico de los pueblos andaluces.
Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.
En la plaza principal del pueblo.
De principios del siglo XVI, de una sola nave con un bello artesonado mudéjar.
Destaca su campanario, que aprovecha el minarete de una antigua mezquita sobre la que se construyó.
También las dos palmeras en su fachada principal le dan un toque exótico.
Fuente de los Chorros.
Como es típico, ubicado en el centro de la plaza. Grandes y cinco tubos, de 1905.
Museo del Molino de Aceite.
A partir de 1800, muestra cómo se extraía el petróleo en tiempos pasados.
La maquinaria, original, se pone en funcionamiento para demostraciones.
Museo del Aguardiente.
“Una copita de Ojén”, canción popular en España desde hace más de cien años.
Se refería a uno de los secretos mejor guardados de Ojén, su aguardiente.
Este licor se exportaba a América y fue conocido internacionalmente…
Hasta su desaparición entre leyendas y secretos.
Picasso lo pintó en su cuadro Naturaleza muerta española.
Camilo José Cela y Rosalía de Castro lo incluyeron en algunas de sus novelas.
La Maharani de Kapurtala, Anita Delgado, incluso lo llevó al Lejano Oriente.
Le gustaba pedir una copa de Ojén en París.
En el Museo Aguardiente encontramos paneles informativos con la historia del licor y su leyenda …
Con fotografías de etiquetas de todo el mundo, premios, envases antiguos, etc.
Además de una de las pocas botellas que aún contiene el brandy de Ojén …
Y que hasta ahora se ha mantenido en el despacho de los sucesivos alcaldes de la localidad …
Heredando la botella junto con el cargo.
Las cuevas.
Las cuevas de Ojén son uno de los elementos más singulares que tiene el pueblo.
De origen kárstico, fueron utilizados como refugio de animales y almacenamiento de forrajes y alimentos.
Puedes visitar dos, las Bajas y las Altas.
Las cuevas bajas se rehabilitan para usos culturales.
En la sierra hay un mirador, desde el que se ve todo el pueblo y el Mediterráneo muy de cerca.
Las eras.
En la antigüedad se utilizaron como secaderos de uva y más tarde como trilladora de cereales.
El mirador.
Desde este emblemático lugar podemos ver todo el pueblo y llegar a tocar el mar con la punta de los dedos.
Dónde comer en Ojén.
Mesón Lorente.
Carnes y pescados ecológicos y buenos postres caseros.
Taberna El Portero.
Tapas y raciones de comida casera de la zona con vinos de la tierra.
El restaurante Mesón Casa Nueva.
Situada en una finca a la salida de la autovía que lleva al pueblo de Ojén desde Marbella.
Matrimonio malagueño especializado en preparar buenos platos con el conejo como protagonista.
También las mejores carnes rojas de la zona preparadas a la parrilla.
Con increíbles vistas a las montañas podrás disfrutar de una larga sobremesa a la sombra de árboles frutales.
